Una sociedad diversa, donde todo el mundo cabe, donde cada persona tiene su propia identidad.
Identidad forjada con el tiempo, las vivencias y la gente que la acompaña a lo largo de su camino. Esta identidad es única y tan solo pertenece a un/a mismo/a, ni a la sociedad, cada vez menos humana, ni a quienes encontramos a lo largo de nuestro camino; si no fuera de este modo ya nada tendría sentido, porque entonces, ni siquiera nuestros pensamientos serían nuestros. No importa ser igual o diferente al resto de personas, lo que importa es saber quién se es.
Durante seis meses he tenido mi taller abierto a cualquier persona que de forma voluntaria haya querido participar. A partir de una pieza en forma de huevo (simbolismo de un nuevo nacimiento) cada participante dejaba ir su creatividad, pensamiento,… simplemente, eran ellos mismos creando su propia obra. Ha estado muy interesante las diferentes reacciones que tenían cada uno de ellos, había personas que era la primera vez que se ponían ante un trozo de barro, otros ya habían hecho algo, unos improvisando, otros con una idea clara de lo que querían, incluso algunos decían «me lo imagino con una vela, colgando de una rama…» Y así se los hizo el montaje, respetando sus decisiones y su personalidad individual.
Gracias a todas las personas que de manera desinteresada han hecho posible que el PROYECTO IDENTIDAD se pudiera realizar. El resultado ha estado de 42 piezas y con la participación de 49 personas de edades comprendidas entre 9 meses y 70 años.